Había una vez un gitano que robaba cada día,y cada hora.
Un día la policía se cansó de que todos le dieran quejas,y pensó ir a buscarle. Estuvieron buscándole durante mucho tiempo hasta que un día lo cogieron.
Lo persiguieron gritando:
- ¡Alto en nombre de la ley!
Pero el gitano no les hacía caso y seguía corriendo, hasta que llegaron al ancho del río Tajo, el gitano no pudo hacer otra cosa y...¡ZAS! Pasó el río Tajo de un salto.
Los policías se quedaron tan impresionados, ¡que hasta un policía se petrificó!
Desde ese momento no se volvió a saber del gitano, y la piedra del policía petrificado estará ahí para siempre.
Y por eso a ese lugar de Monfragüe se le llama el Salto del Gitano.
Paula Megía Candelario
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