Un Viaje Inolvidable
Era una tarde de otoño muy lluviosa en la que Carlos y Martina habían quedado para jugar. Como el día estaba muy malo decidieron jugar en casa de Carlos a hacer puzzles. Carlos sacó uno de un paisaje natural muy bonito. Empezaron a hacer el puzzle , era muy grande y estaba quedando muy bien. Cuando solo quedaba una pieza para acabarlo, Carlos intentó colocarla pero la pieza no encajaba. Martina insistió en que le dejara probar a ella y así lo hizo, pero nada, la pieza no encajaba. Carlos probó de nuevo y el puzzle se iluminó y de pronto fue transportado a través de éste a aquel paisaje que había en él. Martina asombrada y a la vez asustada llamó a Carlos por todas partes. Pero de pronto la mano de Carlos salió del puzzle y cogió la de Martina ayudándola así a trasladarse con él. Los dos estaban asombrados porque se encontraban dentro de aquel paisaje tan bonito. Los dos se preguntaron por qué había pasado esto. Empezaron a caminar por el paisaje y encontraron un árbol en el que había un cartel que ponía:
-Habéis sido enviados a este lugar, con el fin de encontrar esa pieza que falta para acabar el puzzle. Para encontrarla tendréis que seguir las distintas pistas. Una vez que encontréis la pieza, ella misma será la que os hará volver a casa. Carlos y Martina no tenían otra opción, aunque aquel lugar era muy bonito querían volver a casa. En aquel mismo lugar encontraron la primera pista que decía:
- Algo rugoso y duro estoy y la casa de las babosas soy.
Carlos y Martina buscaron por el bosque, miraron por el suelo y decidieron buscar bajo algunas rocas que había en aquel lugar, y así fue, en una de ellas encontraron la siguiente pista que les guiaría para encontrar la pieza causante de todo esto. En esta segunda pista ponía:
- Alto y con ramas verdes, por donde los monos cuelguen.
Carlos y Martina empezaron a pensar: Alto y con ramas verdes ¡un árbol! dijo Martina.
Carlos trepó hacia el árbol más grande que había y en una de sus ramas encontró la tercera pista que decía:
- Largo como un camino, con mucha agua, y pececitos.
Martina dijo: ¡Ya sé lo que es! mientras que Carlos bajaba del árbol, se dirigió al río que había en aquel lugar. En el había muchos peces de colores y una botella con un papel en su interior. Cuando la abrió Martina empezó a leer:
- Habéis conseguido encontrar todas las pistas hasta ahora y aquí se encuentra la última pista que os hará encontrar esa pieza tan importante. Carlos empezó a leer la pista:
- Por encima de él debéis pasar, para cruzar el río que acabáis de visitar.
Carlos dijo enseguida: ¡Eso es el puente! acabamos de estar en el río y la única opción de atravesarlo es cruzar el puente. Los dos empezaron a cruzar el puente y ahí, en la barandilla de este puente estaba la pieza. Martina y Carlos cogieron la pieza, se abrazaron y dando saltos de alegría fueron transportados a la casa de Carlos y pudieron terminar aquel puzzle que empezó como un juego y acabó siendo una aventura.